El destete puede ocurrir a iniciativa del bebé o de la madre. En el caso de que sea la madre la que inicia el proceso, vamos a tener que lidiar, con mayor o menor intensidad, con la negativa del bebé.
A partir de cierta edad, si el niño no quiere destetarse, hacen falta dosis de amor y paciencia concentradas y potentes.
La etapa más difícil es la que sucede alrededor de los dos años de edad.
Es un momento en el desarrollo del niño en el que da un salto de gigante hacia su autonomía.
Un salto que les atrae y les aterra a partes iguales. De modo que demandan teta, atención, cuidados y parece que regresan a etapas ya superadas. Vuelven a mamar con la frecuencia de un bebé de meses.
La lactancia materna es contención emocional, soporte, apoyo, amor, abrazos y protección.
Esta etapa no dura eternamente, va disminuyendo poco a poco. A veces de forma imperceptible.
Pero si un niño sigue teniendo las mismas rabietas (en intensidad y frecuencia) a los tres años que las que tenia a los dos, si no «podemos con él», tal vez deberiamos plantearnos buscar ayuda profesional. Y desde luego no es el mejor momento para iniciar un destete.
La lactancia materna es alimento nutricional y alimento emocional.
El alimento nutricional empezamos a complementarlo con comida a partir de los seis meses. Progresivamente vamos introduciendo alimentos y de forma paulatina (muy paulatina) el niño debería tener una dieta igual que la de los adultos.
El alimento emocional también deberíamos empezar a complementarlo a partir de, según mi opinión, que el bebé ha empezado a superar la angustia de separación que se produce entre los ocho y los nueve meses.
Esto es algo difícil de explicar con palabras escritas. Me refiero al hecho de que podemos empezar a usar otras formas de consuelo que no sean la teta: un abrazo, un beso, cura sana culito de rana y cosas así. Si pide teta igualmente, pues le daremos, pero muchas veces no pensamos en ello. Nos va bien así y tampoco pasa nada.
Pero lo cierto es que somos conscientes de que complementamos a la lactancia pero no de que complementamos el apoyo emocional.
Tomar consciencia de que hemos de acompañar al bebé en su proceso de adquisición de autonomía emocional nos puede ayudar a vivir la lactancia de una forma más agradable.
Más o menos todos tenemos claro el proceso por el cual un bebé empieza a comer. Existen numerosas guías que nos pueden acompañar en el proceso.
Pero para dotar de herramientas emocionales nuevas a nuestro retoño no hay manuales de instrucciones.
El destete no es solo dejar de tomar teta. El destete es sustituir la lactancia materna por comida y, en su caso, leche artificial o de vaca. Y también es sustituir esa herramienta de contención emocional que es la lactancia materna por otras.
No es verdad que un bebé o niño que toma lactancia materna está «enmadrado» ni que vaya a ser dependiente de por vida ni tonterías de esas.
La lactancia materna es una herramienta de contención emocional potente y poderosa que podemos utilizar, que para eso tenemos tetas, o no.
Es nuestra decisión. Punto.
Y podemos cambiar de opinión, evidentemente. Y se debe respetar ese tira y afloja que como madres vivimos en el proceso de desarrollo de nuestros bebés.
Alrededor de un destete confluyen muchos más aspectos emocionales que nutricionales en sentido estricto.
Lo fácil es sustituir el alimento nutritivo.
El reto es sutituir el alimento emocional.
Anticipando el destete
Vamos a hablar aquí de como empezar el destete por decisión de la madre.
Tanto si nuestro hijo tiene autismo como si no, tenemos que reflexionar sobre cual es el mejor momento para hacerlo.
Si el bebé no está preparado y la madre está desbordada, la familia debería apoyar a esa madre, ofrecerle ayuda y apoyo y SER EQUPO.
Esto es algo que demasiadas veces no sucede y la madre se ve en la situación de querer destetar, o no querer pero estar desbordada y no recibir apoyo.
Si una mujer te dice que está agobiada y quiere destetar, no es la mejor de las ideas decirle un «pues quitasela y ya está».
No, esto no funciona así. La madre ha sido, es y será sostén de ese bebé. Pero no es solo su responsabilidad el criarlo. Hay una familia que está (o debería estarlo) para acompañar a esa madre y a ese bebé en el proceso de destete.
Un destete NUNCA (salvo causas médicas de extrema urgencia) se debe hacer de un día para otro.
Tampoco es buen momento para empezar un destete ante una situación previsible que sabemos que puede angustiar a ese bebé.
Por ejemplo, acompañar el proceso de control de esfínteres y a la vez el de destete, puede no ser la mejor de las ideas. Los cambios uno a uno.
Así que nos sentamos, decidimos que queremos destetar, pensamos cuando hacerlo, buscamos el mejor momento para hacerlo, que va a ser básicamente la temporada en la que tengamos más apoyo del entorno.
El destete, por supuesto se puede hacer sola, pero vamos a necesitar grandes dosis de descarga emocional para nosotras. Este es un handicap que las madres monoparentales tienen (o que no lo son, pero como si lo fueran) y es fuente de gran estrés y ansiedad.
Nuestros hijos vacían sus emociones en nosotras y nosotras necesitamos espacios en los que poder descargar emociones y recuperarnos.
Como siempre digo, no es la lactancia, no es el autismo: es la falta de apoyo.
Una vez decidido el momento, tenga autismo o no el niño: anticipar, explicar al niño lo que va a pasar de la forma que nos pueda entender. Con cuentos, pictogramas, dibujos, videos, etc…
Podemos simular situaciones reales jugando con muñecos que representen a los miembros de la familia si tienen edad y capacidad suficiente para entenderlo.
Proceso de destete y crianza respetuosa
El destete no es algo que suceda y ya está. Ni siquiera cuando es a iniciativa del niño.
La lactancia materna pasa por muchas etapas que no dejan de ser el reflejo de los avances que hace el niño en su desarrollo.
Saber que son habituales los sentimientos encontrados ayuda a vivir la lactancia sin culpabilidad.
En próximos post trataré temas más prácticos: libros y cuentos para acompañar el destete y estrategias concretas que se pueden usar durante el proceso para ir destetando.
Lo más importante y la idea principal de este post es que la decisión de destetar es tuya y de nadie más.
No pasa nada por haber tenido una lactancia dura y con grandes dificultades y decidir que no puedes más.
La crianza respetuosa y el destete respetuoso es en ambas direcciones. Sois dos personas en esta ecuación. Si uno de los dos no quiere, el otro (con paciencia, cariño y respeto hacia su duelo) lo acabará entendiendo. Tanto para la madre como para el niño.
El destete para el bebé o el niño y para nosotras también es un duelo, es una pérdida. Supone cerrar una etapa y es habitual que puedas tomar la decisión de forma consciente y sentir pena y tristeza a la vez.
No te culpes ni hagas caso (que ya sé que es difícil) a los que pretendan culpabilizarte, sea por decidir lactar hasta que te dé la gana, sea por decidir que hasta aquí has llegado.
La lactancia es solo el inicio de un largo camino. Vívelo como a ti te haga feliz.
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