La Maternidad, así, en mayúsculas, está rodeada de mentiras.
Concepción, embarazo, parto, lactancia y crianza son terreno adobado para los prejuicios, los estereotipos, la discriminación y las vulneraciones de Derechos.
Las mentiras de la maternidad
Esta semana estuve en el debate sobre Las mentiras de la Maternidad organizado por el Diari Ara en Barcelona.
En el dia de la madre (abnegada, sumisa y convertida en objeto de consumo) reflexiono brevemente sobre las mentiras de la maternidad.
La maternidad es de dominio público. De todo el mundo, menos de las protagonistas, las madres.
Opina tu madre, la vecina, el charcutero, la señora esa que llevas viendo tresa años en tu barrio y que no te ha dirigido la palabra hasta ahora para decirte: uy! que barriga! Ya te queda poco! Y estás de 20 semanas…
¿Os suena?
Infertilidad, concepción y presión social
La presión empieza antes de quedarte embarazada. Socialmente a partir de los 30 si no has tenido tu primer hijo recibes una presión enorme.
A nadie le importa o no parece importarle que la infertilidad sea una realidad.
Como siempre, te lanzan el mensaje: quédate embarazada, pero no te avisan de los problemas que puede conllevar retrasar la edad del primer embarazo para la fertilidad. Para hombres y mujeres.
Eso si, el reloj corre en nuestra contra. A partir de los 40 ya no entras en muchos sitios. Entre los 30 y los 40 la concepción de un bebé es una carrera a contrareloj.
La responsabilidad es nuestra, claro. Fallas tú, falla tu pareja. Que el modelo social mayoritario imponga retrasar el embarazo hasta la trentena no tiene nada que ver.
Por otro lado, ser madre se convierte en una obligación.
Por favor, dejad de preguntar para cuando el bebé. O para cuando el hermanito.
La maternidad es una cosa que incumbe a la mujer y a su entorno más cercano en todo caso. No es asunto de nadie más.
Es un deseo, no una obligación.
La soledad del duelo perinatal y gestacional
Existen, cada vez más, protocolos de atención al duelo perinatal y gestacional en hospitales.
Mucho trabajo queda aun por hacer cuando seguimos oyendo expresiones como que «eres joven, ya tendrás otro». Ni somos jóvenes la mayoría de las veces en nuestro primer embarazo, ni se puede olvidar de un plumazo a un bebé que formaba parte ya de nuestra vida.
Violencia obstétrica
Violencia que se niega que exista por parte de muchos profesionales, entre ellos la SEGO: Sociedad Española de Ginecología y Obstetrícia.
Se nos niega el derecho a la autonomia del paciente.
Nuestra mera presencia. Desaparecemos detrás de una barriga y nos convertimos en meros contenedores de los que extraer un bebé.
Que nadie se confunda, no queremos volver a parir como en las épocas y situaciones en las que no había asistencia médica.
Pedimos que se nos trate con respeto y como lo que somos, sujetos de derecho con voz propia.
Salud Mental Perinatal
Solo existe en Cataluña una única unidad que funciona como centro de dia para madres con trastornos mentales.
Y ni siquiera permite el ingreso.
Hablemos claro. Ni se cuida nuestra salud mental durante el posparto ni cuando de lo que hablamos es de un trastorno mental grave.
Ambos casos son las dos caras de la misma moneda.
- La falta de profesionales especializados y especializadas en Salud Mental Perinatal.
- La falta de mirada hacia la mujer y nuestras necesidades.
Conciliación…¿concilia qué?
Me canso ya de hablar de este tema. Me hastía hasta extremos inimaginables. La conciliación no es un pastel que se pueda repartir a partir iguales.
No será una realidad hasta que dejemos de poner el foco en las empresas y lo pongamos en las políticas de protección a la maternidad.
Las políticas de conciliación actuales estan basadas en una visión sesgada de la mujer y la maternidad.
Los cuidados como función social están invisibilizados
La mujer, como principal cuidadora de un bebé o de un dependiente, está invisibilizada. Esa es la realidad actual.
Hasta que no pongamos sobre la mesa que no se trata de que nos queramos quedar en casa por gusto, sino que se trata de una función social clave en el desarrollo de una sociedad sana, no cambiaremos nada.
Los bebés y las personas con discapacidad no existen. Nadie se plantea que no solo se trata del derecho de la mujer a conciliar su vida. Se trata del derecho de los bebés y de las personas con discapacidad a estar correctamente atendidas.
No son muebles. No se dejan en una escuela infantil o con una canguro o se ingresan en un centro específico como si aparcaramos un coche en un parquing.
Como siempre, en el centro las necesidades económicas sin tener en cuenta a las personas. El Ibex manda.
¿Esta es la sociedad que queremos? Yo no.
Idealización de la maternidad. De la madre perfecta a la madre histérica.
El gran viaje.
La maternidad está idealizada. Todo es maravilloso, bonito, vas a tener un hijo precioso, sano, sin imperfecciones, perfecto… ¿perfecto?
Nace tu bebé y ya te has encontrado probablemente con la presión social para tener hijos, la violencia obstétrica y la falta de mirada hacia tus necesidades de apoyo emocional y psicológico.
Falta de sueño del que nadie te habla, dolor al amamantar, presión para hacerlo, sin ayuda, con mensajes contradictorios: SOLA.
Y tu hijo nace con una discapacidad, la descubres al nacer o más tarde.
Una realidad invisibilizada de la que tampoco se habla.
Y de las madres con discapacidad que tienen hijos.
Al final de este post encontraréis el video del debate que os comentaba al principio del post. Un debate sobre las mentiras de la maternidad.
En instagram pregunté si pensaban que en este debate se iba a hablar de este tema. De las madres de hijos con discapacidad y de las madres con discapacidad que tienen hijos.
Ganó la opción del no. Acertasteis todas.
No se habló, pero en el turno de preguntas me levanté y expuse los dos temas.
En el minuto 1:50 aproximadamente del video que encontraréis al final de este post me levanté para hablar de nosotras, de las madres histéricas. Y de las madres con discapacidad que tiene hijos.
De las madres de un hijo con discapacidad.
Histéricas. Locas. Especialitas. Molestas. Cansinas. Pesadas.
Todos adjetivos con la intención de desempoderarnos, de ridiculizarnos, de quitarnos nuestra voz.
Hablé de las madres a las que nos dicen que interferimos en la terapias porque decidimos libremente como queremos criar a nuestros hijos.
De las madres a las que nos tachan de histéricas porque reclamamos los derechos de nuestros hijos en la escuela.
Mujeres que ven como son cuestionadas y convertidas en culpables del desarrollo de sus hijos.
La lactancia es el inicio de un largo camino.
Tu bebé crece y recibe un diagnóstico. Llegas al centro de atención temprana y tu hijo recibe terapia.
¿Y tú? ¿Y tú familia?
¿Dónde está el acompañamiento al duelo por el truncamiento de expectativas? ¿Donde está el apoyo emocional y psicológico que necesitamos para poder criar y ser potenciadores de la atención específica que necesitan nuestros hijos?
¿Donde está ese profesional que nos considera aliados y no elementos distorsianores?
Existen, claro que existen. Pero son muy pocos. El sistema de salud no prevé acompañamiento a la familia.
Volvemos a la falta de mirada hacia nuestra salud mental y emocional
Las madres con discapacidad que tienen hijos.
Y hablé de las mujeres con discapacidad que tienen hijos.
Sin tener un diagnóstico en la cabeza, nos infantilizan.
Imaginaros si encima tienes una etiqueta que te diagnostica.
Existen. Son madres. O quieren serlo.
Los niños y las niñas que hoy son nuestros hijos, crecerán y se convertirán en adultos.
No todos podrán o tendrán esa posibilidad. Existen muchos grados de dependencia y discapacidad.
Pero tampoco los que no tenemos esa discapacidad o esa dependencia podemos muchas veces escoger o decidir tener hijos.
¿Os habéis planteado qué tal vez vuestros hijos e hijas quieran ser padres o madres?
¿Cuantos adultos no llegan al diagnóstico de autismo a través de sus hijos?
Nadie les ha impuesto límites más allá de los que impone nuestra sociedad a la maternidad en general. Y son padres y madres.
Pensadlo.
Cada año que pasa me reafirmo en mi hastío con respecto a esta celebración.
La maternidad es de dominio público y objeto de consumo.
Feliz dia de la Madre Histérica.
Libres. Conscientes. Poderosas. Auténticas. Diversas.
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