Las estereotipias son movimientos repetitivos, sin propósito aparente, que utiliza la persona con autismo para calmar aspectos sensoriales o para expresar emociones. A veces molestos, otras socialmente mal vistos, pueden llegar a provocar incomodidad en quién observa. ¿Puede considerarse a lactancia materna una conducta repetitiva? ¿Es posible que interfiera en las actividades de la vida diaria? ¿Hay que restringir las tomas para que centre su atención en otra cosa?
Escribo esta entrada para dar respuesta a la inquietud que alguna vez me han transmitido madres de peques autistas cuyos peques tomaban lactancia materna.
En este post voy a hablar constantemente de niños y niñas autistas, aunque las estereotipias no son exclusivas de la infancia. Los adultos también pueden mostrar estereotipias, pero por motivos obvios, hablaré de la primera infancia.
En concreto voy a centrarme en la etapa que va de los 2 a los 7 años aproximadamente. Esto es asi, porque las estereotipias aparecen antes de los 3 años y la lactancia materna finaliza de forma fisiológica o natural entre los dos años y medio y los siete aproximadamente.
Para empezar, este dato: la lactancia materna siempre se acaba. Más tarde o más temprano, se acaba. Aunque no hiciéramos nada en absoluto para evitar que tomara lactancia, llegaría un momento en que perdería la capacidad de succionar. Los movimientos necesarios para extraer lactancia materna necesitan de una estructura orofacial que conforme el niño crece y se desarrolla va desapareciendo. Llega un momento en que dejan de ser capaces de extraer leche.
La lactancia materna tiene una función de contención emocional, refugio y calma de la que poco se habla. Poco se habla y menos aún se estudia. Tanto por la composición de la leche que favorece la relajación. Como por el efecto de succionar cuando son pequeños. Y por la atención plena que comporta por parte de la madre respecto del bebe: la lactancia materna es contención y relajación.
Y las estereotipias tienen también la función de calmar, relajar, reducir ansiedad y también proporcionan placer. Son movimientos repetitivos que pueden llegar a interferir, en algunos casos, en las actividades de la vida diaria.
¿Es la succión al pecho una estereotipia? Pues podría ser… o podría no ser…
En cualquier caso, da igual que lo sea o que no lo sea, porque las estereotipias no tienen por qué eliminarse, al contrario.
A menos que puedan causar daño al niño/a que las realiza o que sea necesario reconducir para realizar una actividad significativa, no es necesario eliminarlas.
Lo que suele suceder, y por este motivo escribo esta entrada, es que, si la madre acompaña al niño/a a terapia, éste toma lactancia materna y no participa en las actividades que se le indican.
Lo cierto es que alrededor de los dos años todos los bebés pasan por una etapa de alta demanda de lactancia. Todos, tengan autismo o no. Es una edad en la que, tanto si han sido diagnosticados o hay sospecha evidente de TEA, como si no, si hay lactancia materna, ésta es muy constante.
Y esto se desconoce, los profesionales de la salud que intervienen directamente con estos niños no suelen saber (porque la lactancia es una gran desconocida) que todos los bebés de dos años piden teta constantemente. Incluso más mayores, dado que esa etapa, en un niño autista, suele alargarse más de lo habitual.
Entonces, ¿podría ser el hecho de tomar lactancia materna una conducta repetitiva, una estereotipia? La cojo, la suelto, la cojo, la suelto, etc.
Pues me da lo mismo que lo sea o que no lo sea. Podría serlo y podría no serlo. Lo que está claro es que no es una conducta en la que el bebé se esté haciendo daño y le proporciona seguridad y calma.
En todo caso, es una muestra de que el bebé no se encuentra en un entorno seguro, que necesita tiempo para acomodarse a ese espacio que es la terapia y esa persona que es la terapeuta.
Los bebés y niños, todos, buscan a su madre para lactar para sentirse seguros.
¿Y qué hacen los profesionales de la salud cuando se encuentran una situación así?
Si no saben nada de lactancia, le dirán a la madre que eso se tiene que acabar. Que es una conducta repetitiva que hay que eliminar porque el niño no avanza en la terapia.
Y, además, como es la madre la que saca la teta sin ningún tipo de pudor ni vergüenza, le dejará bien claro que ella está perjudicando a su hijo con su actitud. Porque tampoco sabe que la lactancia es cosa de dos: de la madre y del bebé.
Si sabe de lactancia materna, trabajará el vínculo con el niño junto con su madre, tratará de establecer una relación de confianza con la madre para conseguir llegar al niño, se esforzará por buscar estrategias por conseguir que el niño participe, buscando cuales son sus intereses específicos, sin interferir en la lactancia.
Sabrá perfectamente que la lactancia es un vínculo y una interacción social muy potente y que es contraproducente forzar una situación que ni madre ni bebé desean.
Porque sabrá que la lactancia materna es bienestar y eso es positivo para que el niño avance.
También será consciente de que la lactancia materna es una decisión personal de cada madre y que forma parte del derecho a decidir sobre su propio cuerpo.
Por último, será consciente que el destete es un proceso. Pensamos en el destete como el momento X a partir del cual el bebé o niño deja de tomar lactancia materna.
Y esto es otra de las cosas que suelen hacer las personas que desconocen lo que es la lactancia: indicar el destete sin saber cómo se hace y sin aportar herramientas.
En conclusión, no hay que hacer nada si estáis bien tal y como estáis.
¿Se puede destetar? Claro. ¿Se pueden reducir las tomas sin dejar la lactancia del todo? También.
Pero eso, solo lo puedes decidir tú.
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