La jornada interminable

la jornada interminable

Le llaman reducción de jornada, pero en realidad quieren decir jornada interminable. 

Te reduces las horas para trabajar cuidando gratis, te empobreces y de paso pierdes la salud. 

Llevo desde que nació mi hijo mayor con reducciones de jornada, permisos, etc.  

Primero cogí reducción por cuidado de hijos, después cogí una excedencia de dos años y medio cuando recibimos el diagnóstico de autismo y seguí con reducción de jornada por cuidado de hijo con discapacidad. 

Esta última no tiene fecha de caducidad. Se supone que es mientras dure la discapacidad y lo necesite para cuidar, por tanto, como digo, no tiene fecha de caducidad: el autismo de mi hijo y mi necesidad de conciliación no van a desaparecer de la noche a la mañana. 

Primero porque el autismo es una condición de vida y segundo porque la administración pública no va a cambiar de la noche a la mañana para facilitarme a mí las cosas. Ni a mí ni al ejército de madres que nos dedicamos a cuidar. 

El trabajo dignifica, dicen. Lo que dignifica es tener recursos para poder llevar una vida mínimamente digna: tener un techo, la nevera llena y por supuesto, ocio de calidad. 

Porque las madres tenemos derecho a tener ocio de calidad, tenemos derecho a tener tiempo libre, pero es un derecho que lamentablemente no podemos ejercer y tenemos que lucharlo cada día. 

Así es como enfermamos, porque no hay cuerpo que lo aguante. 

Miro atrás y no sé ni cómo he podido seguir en pie. 

No dormí en condiciones durante 12 años.  

Trabajaba por las mañanas y por las tardes hacía de chófer, psicóloga, educadora, … 

De sol a sol… Por el camino intentaba ser persona y tener intereses propios: ser asesora de lactancia, formar parte de asociaciones, tratar de hacer algo de ejercicio…

Mi hijo ahora es adolescente y los problemas son otros. Visitas médicas a cascoporro y trámites, papeles, burrocracia. Que si la beca Mec, que si pide esto para que te den aquello, que si renueva el papelito tal, que si rectifica el papelito cual. No se acaba nunca. 

Ya no dedico tanto tiempo a la contención emocional, de la que poco se habla, sino que lo que tengo es una carga mental enorme.  

La reducción de jornada es una falacia. Una mentira. No hay reducción de jornada realmente. Lo que hay es una jornada interminable.  

Suma y sigue. 

REFERENCIAS

Ramirez, Silvia (2024) La jornada interminable. Lactando en Diverso. https://bit.ly/3Wi4QMU

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