La lactancia solo es el inicio de un largo camino. Es una frase que muchas veces les digo a las madres que acuden al grupo de apoyo. Llegan buscando respuestas, apoyo, ideas, cansadas y doloridas. Como yo llegué al grupo hace casi 10 años ya. Con un bebé que lloraba sin parar, que se me escurría de las manos, y que no conseguía comprender.
«La lactancia es solo el inicio de un largo camino»
Lactando en Diverso.
Esa frase refleja la realidad de lo que viví años después de ir por primera vez a aquella reunión de madres en viladecans.
Esos primeros momentos en los que recibes a tu bebé en brazos son muy delicados. Es muy importante cuidar a esa madre para que pueda cuidar a ese bebé. Para que genere ese vinculo emocional adecuado. Y para que pueda reconocer en si misma sus propias herramientas. La fuerza de su propio poder que va a desplegar para cuidar a su hijo o hija.
Maltrato sistemático
Pero la realidad es que vivimos en un país que no nos cuida. Directamente me atrevo a decir que vivimos en un país que nos maltrata. Somos hijas e hijos del «no lo cojas en brazos que se acostumbra». Del «si llora es porque se queda con hambre». Y el ya clásico «déjalo llorar que ensancha los pulmones».
Y no hablemos del parto. Partos no respetados, partos intervenidos y crueles. Maniobras e intervenciones que, en mi humilde opinión, deberían ser consideradas un delito. Kristeller, el punto para el marido, el chocolate, son solo una pequeña muestra.
Llegamos al parto, en la gran mayoría de los casos, sin conocer nuestro cuerpo y menos aún nuestros derechos. No somos conscientes porque llevamos años siendo maltratadas y abusadas sin darnos cuenta. Desde cobrar menos que nuestro compañero de trabajo. A tener que entrar en el despacho del jefe con una carpeta tapando el pecho para evitar miradas. O tener que aguantar ser manoseadas por un desconocido a la salida del gimnasio.
Nos han mostrado sistemáticamente que tenemos suerte de vivir en nuestro país. Con el cuento aquel del «fíjate que mal estan en otros países, con los abusos que tienen allí, si no pueden ni conducir». Es una forma muy sutil de mantenernos calladas.
Empecé a llevar el grupo de lactancia de Gavá y Viladecans hace unos ocho años más o menos. De toda esa experiencia en el grupo de apoyo, fue naciendo idea del maltrato sistemático. He visto claramente la imposición de decisiones no informadas hacia todas las mujeres. Esa idea se convertía en algo palpable y real.
Durante el largo proceso que supuso conseguir un diagnóstico para #PequeñoThor, el maltrato hacia mi persona fue constante. Maltrato por parte de muchas personas que pensaban que hacían lo mejor para mí. Decidiendo por mí. Decidiendo incluso por encima de los consensos a los que mi marido y yo habíamos llegado.
No solo lo veía en mi misma y mi familia, sino en las familias que se acercaban al grupo de madres de Gavá y Viladecans. No voy a hablar de las madres que han llegado al grupo con las cosas muy claras, que las hay. Mujeres que han leído de todo y se han informado. Vienen buscando encontrar a personas iguales a ella para no sentirse un bicho raro en su entorno. Son pocas, pero de vez en cuando llegan al grupo. Son una brisa de aire fresco.
Voy a hablar de las madres que tienen su primer hijo y llegan al grupo a resolver sus problemas con la lactancia. Quiero hablar de esas madres que, como yo hace 10 años, llegan al grupo sabiendo lo que quieren. Pero llegan machacadas por un entorno que las minusvalora, indecisas e inseguras.
No necesitamos que nos empoderen, necesitamos que nos dejen ejercer nuestro poder
No me gusta la idea de empoderamiento femenino o de cualquier tipo. Porque en su concepto indica que has perdido tu poder y el terapeuta/gurú de turno te ayuda a devolverte lo que previamente te han quitado.
Las mujeres (y los hombres) tienen poder sobre su cuerpo y sus decisiones. No tiene que venir nadie a darnos permiso para nada. Sea para lo que sea. Nos hacen creer que lo hemos perdido, nos hacen creer que no somos capaces y eso es un abuso.
Así que cuando la asesora les pregunta: tu madre te dice esto, y el pediatra también, pero tú ¿qué quieres hacer? Muchas no saben que contestar. Su entorno no les pregunta que es lo que quieren, deciden por ellas, así que llegan al grupo y se enfrentan con la realidad.
Siempre supe que #PequeñoThor tenía algo que lo inquietaba, siempre supe que había algo en su interior que le causaba…algo… no sabía el qué…pero estaba. Cuando nació #PrincessLeia mis sospechas solo hacían que confirmarse. ¡Eran tan diferentes! La comunicación, los juegos, la alimentación, el desarrollo, …
Evidentemente yo no era una experta ni pedagoga, ni psicóloga, ni pediatra. Pero sabía que el hecho de que bebiera de forma compulsiva zumo de naranja no era normal. Y que no se trataba de que no le pusiéramos (los dichosos) límites.
Así que os puedo asegurar que, si una madre viene al grupo y está preocupad. Si después de darle las indicaciones habituales sigue pensando que a su hijo le pasa algo, la escucho y la animo a seguir buscando. Reírse de las madres primerizas y de sus miedos es una falta de respeto muy grande. A mucha gente se le olvida que antes que madre es una mujer, una persona con derechos y obligaciones. Aunque luego no sea nada, aunque después resulte que solo era su inseguridad, no tenemos derecho a menospreciar a esa persona.
Prejuicios y estereotipos: discriminación y vulneración de derechos
La crianza: la lactancia (materna y/o artificial), el sueño infantil, la alimentación, son aspectos cargados de prejuicios, mitos y falsas verdades.
El autismo no lo es menos. Se está haciendo un trabajo muy grande de sensibilización y difusión, pero queda mucho trabajo por hacer todavía.
Y si unes lactancia y autismo en una misma frase, los prejuicios se multiplican.
Desde los centros de atención temprana se recomienda el destete de forma sistemática. Porque interfiere con la terapia, porque retrasa la aparición del lenguaje y burradas similares. Todas sin evidencia científica ninguna.
Lactancia y autismo son compatibles. No hay nada que imposibilite que una madre le dé el pecho a su hijo. Más allá de las dificultades derivadas de la falta de información y apoyo por parte de la sanidad pública.
Autismo y lactancia son compatibles: la decisión de destetar es de la madre y de nadie más.
Lactando en Diverso
Esto implica una realidad dolorosa y cruel. Desde los centros de atención temprana se vulneran de forma sistemática los derechos de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.
Nadie puede forzarte a lactar si no es tu decisión, pero lo hacen. Te recomiendan lactar pero no te dan información adecuada. Dejan sola y abandonada a la madre que tiene dolor. La lactancia no debe doler.
Nadie puede obligarte a destetar si no es tu decisión, pero lo hacen. Con excusas baratas como que le causas dependencia. O como que te manipula para que hagas lo que él quiere. O peor aún, no dejas que tu hijo avance en la terapia.
Testimonios de vida: autismo y lactancia
Por todas estas explicaciones que acabo de relacionar, abro una sección nueva en mi blog. Testimonios de vida: autismo y lactancia.
Me encantaría recopilar historias de vida, relacionadas con el autismo (o trastornos del desarrollo similares) y la lactancia (materna y/o artificial). Para dar voz a las familias, en especial a las madres, a las mujeres, pero también a los padres. Sea cual sea la forma de tu familia, espero tu historia.
El diagnóstico de #PequeñoThor llegó muy tarde, pero tal vez vosotros lo encontrasteis antes, tal vez ya era vuestro segundo hijo. Tal vez con el primero hiciste teta, colecho y porteo, pero con el segundo no pudiste o te viste forzada a no hacerlo. O al revés, en cualquier caso, viviste igual que nosotros el peso de los prejuicios.
Demostremos que no es cierto, que lactancia y autismo son compatibles. Pongamos sobre la mesa que necesitamos que nos acompañen desde el respeto. Que machacando y humillando salimos todos perjudicados. Familia y terapeutas tienen que ir de la mano y trabajar en equipo.
Si quieres compartir tu testimonio, anónima o públicamente, utiliza el formulario de contacto y hablamos.
Muchas gracias por adelantado.
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