La verbena es una fiesta que celebra el solsticio de verano. El fuego como elemento purificador que señala el cambio de estación. Se trata de una tradición muy antigua con orígenes en tradiciones paganas. Como tal, sería estupendo que, dado que estamos ya en el siglo XXI y no en el «medievo», reconvirtiéramos esta fiesta y la transformáramos en una verbena inclusiva.
Que sea inclusiva no significa que podamos ir todos, absolutamente todos. Ni que tengamos que ir todos obligatoriamente. Significa que removeremos los obstáculos que impiden a las personas poder disfrutar de una velada feliz.
Se me ocurren varias propuestas:
- Compra de petardos con antelación, pero que esté prohibido tirarlos antes de la fecha señalada.
- Eliminación de la venta al público de los petardos que causan estruendo ensordecedor, los de alta intensidad.
- Delimitar las zonas en las que se puede tirar petardos. No quiero decir limitar, he dicho delimitar.
Verbena inclusiva
Dos semanas antes de la verbena ya se venden y se tiran los petardos, a todas horas y en cualquier sitio. Puedes estar paseando tranquilamente por la calle o en el parque y encontrarte un grupo de personas tirando petardos.
Para que la verbena sea inclusiva necesitamos poder anticipar el momento del ruido, reducir los ruidos tremendamente ensordecedores y delimitar las zonas en las que hay pirotecnia de forma visible.
Si delimitamos las zonas de alguna manera visual y clara, podremos pasear sabiendo en qué momento nos metemos en una zona en la que hay una persona tirando petardos. Se me ocurre, por ejemplo, un chaleco reflectante que indique que esa persona tira petardos en ese momento. Me viene a la cabeza también otra idea. Igual que algunos ayuntamientos han contratado personas para vigilar que los niños no entren en los parques infantiles durante la pandemia, pues mira, que hagan lo mismo para controlar donde se tiran y no se tiran los petardos.
La verbena y la pirotecnia será muy divertida, yo no lo pongo en duda, pero a las personas a las que les molestan los petardos les gustaría poder evitarlos.
Pasando unos días fuera
Por ejemplo, pasando unos dias fuera. Si no se tiran petardos fuera de la fecha y horario señalado, podemos valorar si preferimos, por ejemplo, irnos a la montaña a pasar un par de días.
Ahora mismo eso no es una opción. Como he dicho, dos semanas antes se tiran y dos semanas después también. A cualquier hora del día y en cualquier sitio.
Usando cascos antiruido
O podemos utilizar cascos antiruido durante el período que dura la verbena. Pero si dos semanas antes y dos semanas después se tiran petardos a cualquier hora y en cualquier lugar, no podemos anticipar ni preveer ni evitar llevarnos el susto cada vez que alguien tira un petardo.
La verbena debería ser para todos
El espacio público es, como su nombre indica, para disfrute de todos. Eso incluye a TODAS las personas, tengan la edad que tengan: bebés, niños, jóvenes, adultos y ancianos. Tengan o no tengan algún tipo de hipersensibilidad sensorial o no.
Para los animales también sería beneficioso, dado que muchos viven con ansiedad el no saber qué está pasando y soportar ruidos fuertes sin control ninguno.
No tengo la respuesta exacta ni una solución mágica. Tal vez lo del chaleco no sea buena idea, seguramente se pueden pensar soluciones más creativas.
Lo que si sé es que se podría prohibir tirar petardos fuera de la fecha de la verbena. Sería una de las medidas más fáciles.
Habrá quién me diga que no es posible, que la gente no va a hacer caso, que es una fiesta para todos y que por unos pocos, que no pasa nada.
A lo que yo contestaría sin dudarlo: para prohibir los parques infantiles durante semanas no hubo problema.
Claro que: se me olvida que los bebés, la infancia, las personas con discapacidad y las personas mayores son ciudadanos son ciudadanos de segunda.
No hablemos ya de los animales.
Será por eso entonces, será por eso que no limitan los petardos.
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