Sueño, mucho sueño. Bronquitis, tos y miedo. «No me dejes solo».
Me duermo en cualquier sitio. Me duermo de pie, sentada y hasta creo que me podría dormir caminando.
Voy por la calle, levanto la vista y veo el cielo lleno de nubes, con tonos rosados, rojizos y por un momento me olvido del sueño y el cansancio infinitos.
De los malabares para trabajar y cuidar a nuestros hijos, del «vas tú o voy yo», del «esta semana no puedo que tengo mucho trabajo» y los «llama a tu madre a ver si tiene libre».
Cansada, intentando ser persona, mujer y madre enmedio de todo. Arañando unos minutos para escribir entre la ducha de los niños y la cena.
Seguro que hoy dormiremos. No pierdo la esperanza.
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