La fórmula magistral de la lactancia es la suma de la evidencia científica y la perspectiva de derechos.
Vamos a recordar porqué.
Regularmente y a través de diversos medios me van llegando consultas con las siguientes preguntas:
- «Han derivado al CDIAP a mi hijo/a y me dicen que tengo que destetar, yo no quiero, mi hijo/a tampoco, qué les digo para que lo entiendan.»
- O cosas como: «En el CDIAP me dicen que mi hijo/a es muy dependiente y que tendría que destetarlo para que madurara, pero yo no quiero y ni hijo/a tampoco, qué les digo para que me dejen tranquila.»
- Con todas las variaciones que se os ocurran: «tiene dificultades para relacionarse», «no habla», «no obedece las órdenes sencillas que se le dan en consulta», «no avanza en la terapia», etc.
- No sólo de profesionales, sino de amigos, suegras, madres, tías, hermanos, etc…
En el apartado Autismo y Lactancia de este blog podréis encontrar revisiones sistemáticas, estudios de casos, protocolos e informes que muestran evidencia científica sobre lactancia y autismo.
Aquí podéis encontrar testimonios que recogí en octubre del año pasado para el congreso de Fedalma en el que hablé precisamente de autismo y lactancia. Saber que no estás sola ayuda mucho a sobrellevar la situación.
No os voy a engañar, hay pocos, muy pocos estudios que analicen lactancia y autismo, pero algunos hay. Y lo que hay es evidencia que demuestra sobradamente las cualidades de la lactancia y los efectos positivos sobre la salud.
Pero hoy no solo voy a hablar de evidencia o de información veraz, voy a hablar de derechos.
La evidencia no le sirve a aquel que ya tiene una creencia sobre cierto tema y no está dispuesto a escuchar y cambiar de opinión. Sesgo confirmatorio (wikipedia).
Evidencia científica, sí. Y derechos también.
Respecto de los bebés (listado no exhaustivo)
Sabemos que la lactancia materna contribuye al correcto desarrollo orofacial. (Sánchez Molins, Grau Carbó, Lischeid Gaig y Ustrell Torrent, 2007).
Que la lactancia materna contribuye al correcto neurodesarrollo. (Eidelman y Schanler, 2012)
Además de que tiene efectos más que demostrados de protección frente a la diarrea y la neumonía. (C. Victora, R. Bahl, A. Barros, G.V.A Franca, S. Horton, J. Krasevec, S. Murch, M. J. Sankar, N. Walker, y N. C. Rollins. 2016.) por citar algunos ejemplos más. (Listado no exhaustivo)
Respecto de las madres (listado no exhaustivo)
Y no solo sabemos eso respecto de los bebés, sabemos que para las madres suponen menos riesgo de cáncer de mama y de ovario, diabetes tipo 2 y depresión postparto. (Victora et al.2016). (Entre otros efectos positivos, también aquí no hago un listado exhaustivo.)
La última palabra es tuya
Con todo, las mujeres pueden decidir no dar el pecho por múltiples razones: falta de apoyo e información adecuadas, falta de acompañamiento del entorno para amamantar, abusos sexuales, ausencia de medidas eficaces para la conciliación de la vida familiar y laboral y porque no les da la gana por el motivo que sea, que no hay que buscar tampoco razones de ninguna índole.
No existe evidencia de que la lactancia materna, mal llamada prolongada, pueda ser perjudicial para el bebé o la madre. (AEP, 2015)
Y el Consejo de Naciones Unidas emitió un Comunicado en noviembre de 2016 en el que afirmaba que:
‘La lactancia materna es un derecho humano tanto para la madre como para el hijo. Los niños tienen derecho a la vida, a la supervivencia y a su desarrollo en los mas altos estándares de calidad. Entre estos, la lactancia debe ser considerada como componente integral, tanto por su seguridad como por la calidad alimenticia.’
Naciones Unidas
Y TIENES DERECHO A DECIDIR SOBRE TU PROPIO CUERPO. Eso incluye tus tetas. Ya sea para dar lactancia materna a tu bebé, como para no hacerlo, para hacer una cirujía de aumento o reducción e incluso para quitártelas si no te identificas con el género que se te asignó al nacer. (Mi cuerpo, mis derechos. Amnistía Internacional)
Así que, con la evidencia cientifica en una mano y los derechos fundamentales en la otra.
Haced lo que os salga de las tetas.
Referencias
Arthur I. Eidelman, Richard J. Schanler (2012) Breastfeeding and the use of human milk Pediatrics, 129, 3, 3 https://doi.org/10.1542/peds.2011-3552
Sesgo de confirmación. (sin fecha). En Wikipedia. Recuperado el 1 de marzo de 2020 de https://es.wikipedia.org/wiki/Sesgo_de_confirmaci%C3%B3n
Meritxell Sánchez Molins, Joaquím Grau Carbó, Carme Lischeid Gaig y Josep Mª Ustrell Torrent.(2007). Estudio comparativo del crecimiento craneofacial según el tipo de lactancia recibida. Monografías clínicas en ortodoncia: Publicación oficial de la Asociación Iberoamericana de Ortodoncistas, Vol. 25, Nº. 1, 2007, págs. 9-16. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5465350
C. Victora, R. Bahl, A. Barros, G.V.A Franca, S. Horton, J. Krasevec, S. Murch, M. J. Sankar, N. Walker, and N. C. Rollins. 2016. «Breastfeeding in the 21st Century: Epidemiology, Mechanisms and Lifelong Effect.» The Lancet 387 (10017):475-490.
Asociación Española de Pediatría (2015). Lactancia materna en niños mayores o prolongada. Recuperado de: https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/201501-lactancia-materna-prolongada.pdf
La lactancia materna debe considerarse como una cuestión de derechos humanos para bebés y madres (22 de noviembre se 2016) Noticias ONU. Recuperado de: https://news.un.org/es/story/2016/11/1368931
Mi cuerpo, mis derechos. (Amnistía Internacional) Recuperado de: https://www.amnesty.org/es/get-involved/my-body-my-rights/
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