Esta entrada poco tiene que ver con el autismo o con la lactancia. Ni con la perspectiva de derechos ni con la evidencia científica.
Es una entrada muy personal que alguna vez me habían pedido que escribiera y que nunca encuentro el momento para hacerla.
Así que: aquí va.
El «secreto»
¿Qué como me organizo para estudiar, trabajar, cuidar de mis peques, de mi misma, hacer talleres, visitas a domiclio, grupos de ayuda mutua, escribir en el blog, etc, etc…?
¿Como hago todo eso? Y seguramente un sinfín de cosas más que hago de las que no soy consciente.
Pues el secreto, o la clave, o lo primordial,… no sé como decirlo, son dos cosas.
- Organización y planificación
- Tirar la culpa a la basura
No hay más. El cómo se hacen estas dos cosas, pues dependerá un poco de cada uno y de sus herramientas de trabajo.
Aqui explico las mías, que no son ni mejor ni peor que las de nade, son las que a mi me resultan útiles. Después de muchos años de prueba y error, estas son mis herramientas.
Organización y planificación
Agenda en papel
Tengo una agenda maravillosa con anillas que me permite mover las hojas, poner y añadir a voluntad. Cuando hago reuniones de trabajo anoto quién ha asistido, la fecha y los acuerdos a los que se ha llegado.
Es una agenda en la que tengo una planificación anual en la que anoto los días mundiales y aquellos eventos anuales que son para mi de vital importancia, como puede ser el congreso de Fedalma o el Bloggers day de Madresfera, entre otros.
También tiene una vista mensual en la que anotar los acontecimientos clave de un mes, ya con más detalle, como pueden ser las fechas de entrega de pruebas de la universidad, fechas de talleres, grupos de ayuda mutua, etc.
Y por supuesto, la vista semanal en la que ir anotando las tareas que me propongo hacer cada día. En esta vista anoto mis objetivos a corto plazo, las cosas más inmediatas de mi día a día. Como tareas concretas del trabajo de las mañanas, reuniones, visitas médicas, las entradas del blog, la temática de los stories de instagram….
Escribir con lápiz me ayuda, revisar en las diferentes vistas que no se me escapa nada, también. Y mucho más ir tachando las tareas ya realizadas, eso me motiva muchísimo.
Agenda digital
Sin olvidar anotar las citas en una agenda compartida con mi compañero. Ambos tenemos vida propia y vida en común. Aficiones y obligaciones que compartimos y otras que son propias de cada uno.
En nuestra casa la premisa es: si no está en la agenda, no existe. Así que lo mejor es no olvidarme de apuntarlo en el móvil.
Esto tiene una ventaja y es que no puedo estar constantemente mirando la agenda en papel cuando estoy fuera del trabajo de las mañanas. Así que tengo configurado el movil para que me avise con antelación de todas las citas. De manera que me avisa con tiempo de las cosas.
Por ejemplo, con un día de antelación me avisa de las excursiones del cole, las visitas al CSMIJ, o las reuniones con la escuela.
Pero no os penséis que estoy anotando cosas cada día en la agenda en papel ni en el móvil. En el siguiente apartado os lo explico.
Planificación a dos niveles
Además de organizarme la agenda, planifico a dos niveles.
Primer nivel
Cuando empieza el curso escolar planificamos las actividades de LactaMater. Y en las vacaciones de navidad nos volvemos a sentar a planificar. Es decir, cada seis meses organizamos las actividades. Y es el momento de anotarlo todo, esto es imprescindible, como decía antes, si no está en la agenda, no existe.
Ahora por ejemplo, empiezo el semestre de la Uoc. Lo primero que he hecho ha sido descargar los planes docentes, revisar el sistema de evaluación y imprimir las fechas importantes. Ahora lo pasaré todo a la agenda en papel y la agenda del móvil. Lo haré de manera que me avisará con antelación suficiente para saber que el fin de semana está destinado a tal o cual asignatura. O a tal o cual evento de LactaMater.
A principio de año ya hubo un momento en que apunté los dias mundiales en los que quería participar a través de redes o en el blog. También a inicios del curso escolar anoto los días en los que los niños no tienen cole, cuando hacen jornada intensiva, etc…
Para estos casos, va muy bien la vista anual, porque te permite hacerte una idea de las cargas de trabajo que vas a tener en cada momento y poder decidir si esa semana tendrás que derivar a otra asesora las visitas a domicilio porque no vas a poder.
Segundo nivel
Cada semana dedico un rato el domingo a revisar mi agenda y si es necesario repensar los plazos. Además es el momento que aprovecho para modificar el calendario semanal de #PequeñoThor y apuntarle las cosas importantes. Si es necesario, me siento con él, le explico las novedades y si hace falta, le muestro en google maps donde vamos a ir.
Así que en diferentes momentos concretos he dedicado un rato en exclusiva a anotar fechas importantes en el papel y en el móvil. El móvil me avisa con antelación con alarmas y el papel lo voy revisando cada semana.
Si hay cambios, sobre la marcha muevo fechas y rectifico.
Espacio de trabajo
Tener un espacio de trabajo propio me ha solucionado muchas dificultades. Hace un año estudiaba, escribía y lo hacía todo en la mesa de nuestra cocina-comedor.
Esto me fue muy bien mientras los niños eran más pequeños. Era estupendo porque los tenía conmigo jugando en el comedor y yo iba levantandome y sentandome a cada momento.
La dificultad estaba en las interrupciones constantes. He llegado a estudiar mientras pintaba mandalas con mi hija.
Ahora son más mayores y les puedo decir que necesito estar un rato estudiando y lo aceptan. En realidad es mi hija la que más me demanda. #PequeñoThor está en una edad en la que quiere intimidad y no saber nada de su madre. Así que por un lado, a veces echo de menos tenerlo más cerca, pero otras ya me va bien que no me necesite. Contradicciones de la maternidad.
Tira la culpa a la basura
Por último, y no por ello menos importante, tira la culpa a la basura.
Se supone que escribo en el blog como mínimo todos los lunes. Ya veis que no siempre lo cumplo. Hay semanas en las que no hago ninguna publicación. Y otras en las que me inspiro y escribo cuatro veces.
Tengo algunos posts pendientes desde hace tiempo. Como este por ejemplo. En borradores tengo unos veintitrés post por acabar.
Este semestre pasado tuve que anular matrícula de la universidad. Era imposible llegar a todo. Fue una época muy intensa de trabajo por las mañanas y además cogí una neumonía que me tumbó durante quince días.
Pues renuncié a estudiar. Era absurdo intentar hacer algo más que recuperarme y cuidarme.
Este semestre vuelvo. No pasa nada.
He bajado también el ritmo de los talleres. Me centro en los grupos de ayuda mutua y en las visitas a domicilio. Si no hago un taller cada mes, no pasa nada tampoco.
La vida es muy corta para estar tirándome en la cabeza la culpa por no escribir en el blog, no poder hacer talleres más a menudo o acabar la carrera seis meses o un año más tarde.
Intento disfrutar del camino, sin pensar en el objetivo. A veces me cuesta y me pongo nerviosa pensando en que me queda aún la mitad de la carrera. Que tendría que apretar más, pero es absurdo. Si cojo más asignaturas no llego a todo.
Saber medir las cargas de trabajo de cada momento y priorizar también es importante.
Así como reconocer los sentimientos que a veces nos impiden avanzar. Las emociones que nos paralizan. Por ejemplo, este año sé que voy a tener que lidiar con la búsqueda de instituto para #PequeñoThor. Sé que me va a afectar por más que quiera hacer ver que no me preocupa. Tendré que tenerlo en cuenta y buscar vías de escape para descargar las emociones y procesar los sentimientos.
Hacer ejercicicio, ver series de netflix con mi compañero, leer a ratos algún libro, pintar mandalas, reir un rato jugando con mis hijos o tomar un café un dia con mi madre, son pequeños placeres que hacen que la vida sea más llevadera.
Así me organizo, así hago todo lo que hago, unas veces más y otras menos, pero así es como soy Lactando en Diverso y no muero en el intento.
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