ASESORA DE LACTANCIA Y MADRE DE UN NIÑO CON AUTISMO

Mis redes sociales navegan entre dos mundos que aunque distantes tienen muchos puntos en común.

Mis redes virtuales y mis redes presenciales.

En mi mundo caben todos, autistas y con autismo, madres de teta, madres de biberón, padres, abuelas, familias que colechan, portean o familias que duermen separados y solo usan el carrito, familias de todo tipo, enfermedades minoritarias, altas capacidades, tdah, niños y niñas nervisosos, niños y niñas tranquilos, etc. Familias y punto.

FAMILIAS DIVERSAS, que con sus penas y alegrías transitan por la vida haciéndolo lo mejor que pueden, superando sus pequeños o grandes duelos, equivocándose, rectificando, luchando, aprendiendo.

Los que no caben en mi mundo son los que anteponen sus intereses económicos a la SALUD Y EL BIENESTAR DE LAS FAMILIAS.

En mi mundo no caben los que a sabiendas de los riesgos para la salud venden a toda costa productos y tratamientos malsanos, sin ética ni moral ninguna.

Comprando a médicos, pediatras, terapeutas y hasta a periodistas.

Alimentos infantiles, leches artificiales, infusiones, mi primera dosis de azúcar, etc.

O terapias falsas que además de no curar son un peligro para la salud, poniendo en riesgo vidas humanas y retrasando las terapias que si que funcionan.

En el autismo salen a patadas gurús que curan el autismo, y en cualquier aspecto de la vida siempre surgen falsos predicadores que prometen lo imposible.

En mi mundo no caben los que infantilizan a las personas, los que les niegan su poder, el poder que ya tienen pero que les quitan y les impiden ejercer su autonomía.

Personas con una etiqueta diagnóstica a las que se les niega el derecho a decidir sobre su futuro, se les excluye de forma automática de la sociedad y luego vienen los gurús de turno a decirles que les van a empoderar.

Madres abandonadas en sus lactancias, sin apoyo, con partos en los que no se respeta ni por asomo la evidencia científica, no se les pide opinión y se las ignora en un momento en el que necesitan del apoyo de toda la sociedad. Dale teta, si y ¿como?, si no me ayudas, si con tus practicas rutinarias hospitalarias me estas poniendo palos en las ruedas.

¿Quién apoya emocionalmente a esa madre que está sufriendo? ¿Quién acompaña a esa madre en su transitar por el puerperio? ¿Quién está ahí, disponible, para curar las heridas del alma?

Los fabricantes de leches comerciales.

Quién debería estar, no está porque no se le permite el acceso y encima los fabricantes de alimentos infantiles, que tienen mucho más dinero y pueden, se encargan de que se nos tache de locas como si fuéramos por la vida obligando a las madres a hacer nada.

¿Cuantas plantas de hospital hay en España con una asesora de lactancia FORMADA y hábil en el acompañamiento? Seguro que las puedo contar con los dedos de la mano.

En mi mundo no caben los mitos y las falsas verdades, no caben las rigideces culturales que hacen que parezca que todo es blanco o negro.

No caben el «ya hablará», el «déjalo llorar que ensancha los pulmones», ni el «es que no les pones limites».

No caben el «se crían igual», ni el «mujer, por una piruleta no pasa nada», ni el «acábate todo el zumo que la comida no se tira».

En los espacios de lactancia en los que soy asesora nunca jamás le digo a nadie que es lo que tiene que hacer.

Saben perfectamente que en mi pueden encontrar información sobre lactancia y crianza, sobre desarrollo del bebé y del niño, saben que me informo y estoy siempre leyendo y estudiando, saben también que las decisiones las toman ellas.

Me llevo las manos a la cabeza y se me ponen los ojos como platos cada vez que veo como ciertos periodistas, ciertos politicos, ciertos colegios profesionales manipulan blandiendo la espada del respeto recomendando cosas que contravienen toda la evidencia científica.

Yo no voy a recomendar el biberón, pero ayudaré, informaré y apoyaré a toda madre que venga a mi grupo, haga mixta, lactancia artificial completa o lactancia materna exclusiva, apoyaré y acompañaré a todas las madres por igual, en lo que ellas me digan que necesitan.

Si lo que te importa de verdad son las madres y los bebés, las familias, es lo que TIENES que hacer como profesional de la salud o de la educación: apoyar, acompañar y escuchar ofreciendo información veraz y contrastada.

Dejen a las madres en paz, no queremos una guerra, solo queremos que nos apoyen, nos cuiden y nos escuchen y que no nos traten como si fuéramos idiotas.

Aquí no hay bandos, solo madres, padres, familias diversas.

Pero claro, para eso, mucha gente tiene que bajar de su pedestal.

En la diversidad cabemos todos.

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