Que la vergüenza cambie de bando

QUE LA VERGUENZA CAMBIE DE BANDO

“Que la vergüenza cambie de bando” es una frase potente y desobediente que dijo Gisèle Pélicot, la mujer francesa víctima de múltiples violaciones que a estas alturas entiendo que ya debes conocer. 

Su marido la drogó durante años para filmarla mientras hombres con los que había contactado previamente y llegado a un pacto, la violaban. 

Era suya. Su objeto. Y podía hacer con ella lo que quisiera. 

ANA ORANTES, LA VERGÜENZA NO CAMBIÓ DE BANDO 

Estos días, cuando leía artículos y veía videos en los que, por ejemplo, Ana Bernal comentaba el juicio que se está llevando a cabo en Francia… me vino a la mente Ana Orantes. 

Pensé en ella y en la repercusión que tuvo su asesinato. No sólo cambió las leyes, sino que sembró la semilla para que muchas mujeres empezáramos a pensar que tal vez sí era para tanto. Que tal vez no se puede dejar pasar ni una, porque es el primer paso para caer en la manipulación, el maltrato y llegar al final de la espiral, la muerte. 

Cuando ocurrió su asesinato recuerdo ese sentimiento de incredulidad, esa pregunta ¿cómo puede hacer algo así alguien tan aparentemente “normal”? Por supuesto, para decirme a mí misma acto seguido que eso a mí jamás me iba a pasar. 

Pero creces, te das de bruces con el patriarcado y te das cuenta de que es más fácil de lo que piensas caer en un círculo de agresión y maltrato. Empiezas a “ver”. 

¿SERÁ GISÈLE PÉLICO TAMBIÉN UN ANTES Y UN DESPUÉS? 

Con Ana Orantes cambiaron las leyes, cambiamos nosotras, muchas de nosotras fuimos conscientes de que el maltrato, la violencia y la muerte no es solo cosa de “las otras”, sino de todas. 

Pero con Ana Orantes la vergüenza no cambió de bando. Seguimos siendo revictimizadas, cuestionadas y ninguneadas.  

Ninguno de los violadores que acudieron al domicilio de Gisèle Pélicot era ningún monstruo. Sabían perfectamente lo que hacían. Lo que la cultura del patriarcado y la violación llevaba desde siempre diciéndoles, que las mujeres somos objetos a los que someter sin más. 

“Que la vergüenza cambie de bando” pone de relieve la cruda realidad. Durante años y años y años nosotras hemos sido las que hemos callado por vergüenza, para que no nos revictimicen, porque sabemos que no nos van a creer. 

Esta vez la vergüenza está del otro lado. Con toda su fealdad y aberración natural. No son monstruos, son dignos hijos del patriarcado, obedientes y fieles a los mandatos de género. 

Ojalá tengas razón Gisèle y la vergüenza cambie de bando. Ojalá. 

REFERENCIAS

Bernal-Triviño, Ana. (2024, 11 de septiembre). Cómo cazar a un monstruo que no es monstruo. Diario Publico. https://bit.ly/4grE1NR

Ramirez, Silvia (2022) Homenaje a Ana Orantes. Lactando en Diverso. http://bit.ly/3U9g8ya

Riaño Brun, Iñaki. (2024, 9 de septiembre). Violaciones a Gisèle Pélicot: cómo la víctima puede influir en la decisión de celebrar el juicio a puerta abierta. The conversation.https://bit.ly/3TueidK

Citar esta entrada

Ramírez, Silvia (2024) Que la vergüenza cambie de bando. Lactando en Diverso. https://bit.ly/4d962Hl 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.