Proteger la lactancia no es romantizarla, es hacerla posible. 

Proteger la lactancia no es romantizarla, es hacerla posible.

Hoy tenemos doble efeméride: Día Mundial de la Protección de la Lactancia Materna y también el aniversario del Código de Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna. ¿Qué tienen en común?  Que los dos nacen de la necesidad de proteger la lactancia frente a todo lo que la pone en peligro: 
🔹 la presión de la industria, 
🔹 la falta de apoyo en hospitales y trabajos, 
🔹 la desinformación, 
🔹 y ese discurso que dice que “cada madre elige” pero no habla de las condiciones en las que elegimos. 

Pero ¿qué es proteger la lactancia? 

Amamantar puede ser una experiencia maravillosa, poderosa y llena de placer.  

Pero también puede ser dura, solitaria, y llena de dolor. 

Proteger la lactancia no va de ponerla en un pedestal y lucharla a toda costa sin tener en cuenta el bienestar de las madres ni de los bebés. 

Proteger la lactancia es PROTEGER A LAS MADRES Y A LOS BEBÉS. 

Desde mi experiencia como madre, asesora de lactancia y defensora de una maternidad feminista y diversa, creo que amamantar también puede ser un acto político
Un acto de resistencia frente a un sistema que muchas veces nos deja solas, que infantiliza nuestras decisiones o que nos hace sentir culpables, elijamos lo que elijamos: sea teta o biberón. 

Todas merecemos información clara y veraz, necesitamos tribu y espacios seguros donde poder hablar sin juicios. 

No basta con decir que la lactancia es lo mejor si luego no se hace nada por protegerla de verdad. 
 

Proteger la lactancia va de hacernos las preguntas adecuadas 

 
👉 ¿Qué condiciones necesita una madre para poder amamantar si lo desea? 
👉 ¿Qué apoyos reales tiene? 
👉 ¿Qué información recibe? 
👉 ¿Cómo se siente cuando las cosas no salen como esperaba? 

Y no tener miedo de afrontar las respuestas.

Proteger la lactancia va de políticas públicas concretas  

1. Permisos de maternidad más largos y adaptados a cada realidad 

  • Ampliar el permiso de maternidad a un mínimo de 6 meses, para favorecer la lactancia exclusiva recomendada por OMS. Y digo mínimo, porque para mí, lo ideal serian 18 meses. 
  • Permisos igualitarios y transferibles para otras figuras parentales (padres, madres no gestantes, etc.) para repartir los cuidados. 

2. Centros de salud y hospitales acreditados como “Amigos de la Lactancia” 

  • Formación continua y obligatoria al personal sanitario en lactancia basada en evidencia y libre de conflicto de intereses. 
  • Aplicación estricta del Código de Sucedáneos en centros sanitarios públicos y privados. Poner fin a las muestras de leche, los chupetes, las infusiones, etc… 

3. Conciliación real en el ámbito laboral 

  • Espacios dignos para amamantar o extraerse leche en los centros de trabajo. 
  • Flexibilidad horaria y opción de teletrabajo durante los primeros años de crianza. 
  • Protección legal frente a discriminación laboral por embarazo, lactancia y crianza. 

4. Acompañamiento psicológico y comunitario 

  • Acceso gratuito a grupos de apoyo a la lactancia y la crianza en centros de salud o comunitarios. 
  • Atención psicológica con enfoque perinatal, diversa y feminista para las madres en periodo de lactancia. 
  • Creación de la figura sanitaria especializada en lactancia materna más allá de las matronas con su correspondiente formación y homologación. 

5. Educación y sensibilización social 

  • Campañas PÚBLICAS que visibilicen la lactancia en toda su diversidad (lactancias prolongadas, en tándem, con discapacidad, etc.). 
  • Inclusión de la educación sobre lactancia y cuidados en currículos escolares. 

6. Control y sanción de prácticas comerciales abusivas 

  • Supervisión activa de la publicidad y marketing de sucedáneos. 
  • Sanciones claras y ejemplares para empresas que vulneren el Código Internacional, es decir, modificar la normativa existente que es laxa y ambigua. 

7. Perspectiva interseccional en todas las políticas 

  • Tener en cuenta las múltiples opresiones que afectan a la lactancia: pobreza, racismo, discapacidad, migración, etc. 
  • Apoyos específicos a madres en situación de vulnerabilidad social. 

En definitiva

El Código de Sucedáneos, que hoy cumple años, no es un capricho: es una herramienta para que las madres podamos decidir sin presiones comerciales disfrazadas de consejos.  
Y el Día de la Protección de la Lactancia nos recuerda que, si no hay entornos seguros, conciliación real ni redes de apoyo… muchas lactancias se apagan antes de tiempo. 

Desde una mirada feminista, respetuosa y consciente de la diversidad de maternidades, lo que celebramos hoy no es una “lactancia ideal”,sino el derecho de cada madre a decidir informada, acompañada y sin sentirse juzgada. 

Porque amamantar, si así lo elegimos, debe ser una opción posible. 
No un privilegio. 

Para citar este post

Ramírez, Silvia (2025) Proteger la lactancia no es romantizarla, es hacerla posible. Lactando en Diverso. https://bit.ly/43s75PN

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