La lactancia en duelo es aquella que sucede cuando se da una pérdida perinatal y/o gestacional.
Como asesora me he encontrado en ocasiones con madres que me han contado entre susurros que han perdido un bebé y que no sabían como manejarse con el tema de la leche. Madres que han desaparecido del grupo.
Otras veces, en medio de una reunión, abiertamente alguna lo ha comentado casi sin darle importancia, como algo de un remoto pasado en el que apenas se ven reflejadas.
En otros momentos, vienen madres que no pueden ni pronunciar que han perdido a un bebé, incapaces de explicarlo. Y en el otro extremo, madres que cuando explican que son madres cuentan también aquellos embarazos que no llegaron a término como lo que son, un hijo más que no llegó a crecer.
Y muchos mensajes de whatsapp, muchos.
Este post consta de dos partes, una dedicada a aquellas personas que se vean en la situación de acompañar en un duelo gestacional y/o perinatal.
Y otra dedicada a las madres que hayan vivido una pérdida y necesiten saber qué hacer con la lactancia.
1. Acompañando el duelo
Madres, mujeres, en duelo.
Un duelo terrible, el de un bebé, sea enmedio de un embarazo o sea un bebé de meses.
En general, no sabemos acompañar emocionalmente a personas en duelo. Tal vez con otros tipos de duelo, sea más fácil dar pasos en la dirección correcta. El duelo por la muerte de un familiar adulto, por ejemplo, tiene rituales establecidos: ir al tanatorio, dar el pésame, acompañar en la misa, etc. Ese ritual social establecido nos permite mantener la compostura en medio del duelo por la pérdida de un familiar. Sobretodo si no es una persona demasiado cercana.
Pero el duelo por la pérdida de un hijo que ni tan siquiera ha nacido, o un hijo que ni siquiera ha llegado a salir del hospital, o no ha llegado a la edad de gatear,… ¡Ay en ese caso!
Vemos a esa madre que llora y no queremos que su dolor penetre en nuestra coraza.
La empatía supone ponernos en el lugar del otro. No sé si existe otro duelo en el que sea más difícil empatizar.
Como seres humanos sociales que somos estamos preparados para proteger a los bebés. No soportamos su llanto, nos incomoda, queremos que pare y no siempre sabemos respetar ni tolerar su frustración.
La otra cara de la moneda es que por un lado no soportamos que lloren, pero por otro cuando desaparecen, no soportamos la idea de que ya no estén y por el camino dejamos a unos padres solos y desamparados.
Lo que nunca debes hacer ante una madre que ha perdido un bebé
El duelo es un proceso que requiere de acompañamiento, es un proceso largo y doloroso en el que, al final, se trata de que ese dolor forme parte de tu vida, de tus cicatrices, pero que a pesar de él puedas volver a tu vida.
Existen muchas frases míticas que pueden escuchar unos padres en duelo, recojo dos de las que a mi me parecen más crueles, pero hay más.
No digas «sois jóvenes para tener otro»
No digas «mejor ahora que de más mayor»
Los bebés no son meros objetos, igual que cuando muere un adulto y es recordado por su forma de ser, sus aficiones, sus vivencias, así los bebés deben ser y son recordados.
Un bebé que no ha llegado a nacer, tenía un nombre, una família, una habitación, un hogar que le esperaba. Eso no se puede borrar de un plumazo.
Un bebé que ha llegado a nacer, pero que no ha podido crecer y desarrollarse, tenía un caracter propio, tal vez lloraba mucho, o le gustaba mucho aquel juguete. Merece ser recordado y reconocido en su individualidad.
Un hijo no sustituye a otro. Nunca.
Que un bebé haya fallecido a tan corta edad no es motivo de alivio. Con esta frase estás infravalorando el sufrimiento de sus padres y estás ignorando que ha muerto una persona, tenga la edad que tenga.
Los bebés y los niños son personas y merecen ese reconocimiento digno.
Tres ideas sobre acompañamiento al duelo si quieres empezar con buen pie
PRIMERO: Lo siento mucho, lo primero que hay que decir. Son palabras imprescindibles. Siento mucho tu pérdida. Te acompaño en el sentimiento. Existen múltiples combinaciones de palabras que pueden servir para expresar la idea de que quién las pronuncia está reconociendo el dolor del otro.
SEGUNDO: ¿Qué necesitas? Tuppers de comida, sacar a pasear al perro, llevar a una hija mayor al colegio, hay muchas cosas que puedes hacer para ofrecer tu ayuda. En todo caso, siempre con la pregunta previa. No se trata de ayudar en lo que a nosotros nos parezca bien, sino de ayudar en lo que esa familia necesite.
TERCERO: Da espacio, mantente cerca, pero no encima. Ofrece tu ayuda, si la necesitan te la pedirán, pero no estés encima todos los días intentando ser útil. El duelo no va a pasar más rápido porque tú estés pululando alrededor, preguntando constantemente cosas que no tienen respuesta. Que sepan que estas presente para cuando te necesiten.
2. Lactancia en duelo, qué hacer con la lactancia cuando no hay bebé
Las pastillas no funcionan. Es así y es aburdo que todavía las receten como si fueran las pastillas milagro. La lactancia es un proceso fisiológico regulado por hormonas que trabajan en equipo. Se ayudan las unas a las otras, por decirlo de alguna manera. Así que las pastillas que disminuyen la prolactina no sirven para nada sin disminución fisiológica de la producción.
Tampoco fajar los pechos, ni absolutamente nada que no sea extraer leche para realizar lo que seria un destete fisiológico.
No hay bebé y los pechos no lo saben. Tampoco hay un botón que sirva para parar una lactancia. Sin milagros, sin recetas, sin productos, solo extraer leche de forma que reduzcamos la producción.
Como reducir la producción
Como si quisieras introducir biberones y estuvieras haciendo un destete. De hecho, es que es un destete pero sin bebé. Como he comentado antes, el cuerpo no sabe que el bebé ya no está.
- Sacar leche para calmar la tensión, aliviar la acumulación de leche las veces que sea necesario. Se trata de evitar una mastitis.
- A los dos o tres días reducir la cantidad de leche y disminuir la frecuencia de las extracciones. Por ejemplo, si un dia sacamos 200 cada dos horas, a los dos días sacamos 190 cada dos horas y cuarto.
- Cada vez menos leche, cada vez más tiempo entre extracciones, hasta que no duela.
No hay una pauta de extracción, no hay manual con cantidades ni tiempos, dependerá de cada madre y cada bebé, cada lactancia es única, como únicos son nuestros hijos. Es imposible saber qué cantidad de leche producíamos para nuestro bebé.
Es importante explicar que va a haber leche durante mucho tiempo. Estará ahí, en stand by, esperando a que tal vez llegue otro bebé. O no.
Todas las mujeres después del destete pueden tener durante años leche en el pecho. Hay que explicarlo porque no se trata de disminuir la leche a cero, se trata de reducir la producción hasta niveles tolerables y sin dolor. Hasta conseguir esa mínima cantidad de «mantenimiento» que no causa dolor ni molestias.
Es tu leche, tú decides que haces con ella.
Con la leche hay varias opciones, cada mujer decide que quiere hacer. Así como no tenemos ningún derecho a opinar sobre el tiempo en el que una mujer y su bebé lacten, tampoco tenemos derecho a decirle a una mujer lo que tiene que hacer con su leche.
- Congelarla y donarla. Existen bancos de leche materna para bebés prematuros. Algunas madres sienten alivio al pensar que su leche puede ayudar a otros bebés.
- Tirarla. Otras madres no quieren más que deshacerse de su leche. No tienen ganas de pensar en bancos de leche, recogidas y etiquetado de potes.
- Hacer una joya de leche, existen artesanas que se dedican a hacer joyas de leche. Puede ser un recuerdo para siempre que guardar en la familia.
- Inventar un ritual propio, desde plantar una semilla, hasta llevar esa leche a algún sitio especial y verterla sobre la tierra, el mar, o lo que sea que a ti te ayude de transitar por tu dolor.
Y por último, decirte que yo no soy una de cuatro.
No, no he pasado por la experiencia de perder a un hijo, ni pérdida gestacional, ni perinatal.
Tal vez no pueda hablar en primera persona, como lo hago con otros temas relacionados con el autismo y la lactancia, pero como asesora puedo explicaros que ante la pérdida de un bebé lactante, la madre tiene la última palabra sobre su leche. Ella decide. No son tonterías de una madre llorosa. De nada sirve que le digas que no pasa nada, que se espabile y que piense en ella misma.
La lactancia en duelo se merece el reconocimiento y el respeto que tienen todas las lactancias.
Una de cada cuatro mujeres son demasiadas mujeres para hacer como que no pasa nada.
Lo primero que podemos hacer es reconocer y validar la pérdida, dar espacio y estar presente sin imponer nuestro criterio.
No mires por encima del hombro, no pienses que a ti no te va a pasar, no creas que si a ti te pasara lo llevarías mejor, nada de eso es verdad.
Apoya, acompaña, ayuda. Sé amiga, compañera y consejera.
No siempre he sabido todo esto que explico. Soy consciente y me duele saber que no siempre ofrecí la ayuda necesaria. Yo he aprendido, o por lo menos he tomado conciencia.
Haz tú lo mismo, por ti y todas las madres que conozcas
Humildad para reconocer que no lo sabemos todo y aprender.
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