Empoderemos a las familias. Facilitemos la lactancia.

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La Waba es una alianza mundial por la Lactancia Materna. Se basa en la declaracion de Inocenti cuya primera versión se firmó en 1990 y se actualizó en 2005. Al final de este documento podréis encontrar enlaces a las mismas y a otros documentos de interés.

Sus miembros son Unicef, la OMS, la ILCA, la IBFAN, la Leche League International, entre otras. Se trata de una alianza de asociaciones y organismos internacionales con el objetivo de promover la lactancia materna y romper las barreras que impiden amamantar, sean sociales, economicas, culturales o del tipo que sean.

El lema de este año de la Semana Mundial de la Lactancia Materna es perfecto, sencillamente perfecto.

«Empoderémonos. Hagamos posible la lactancia.» Es la traducción de: Empower parents, enable breastfeeding.

A mi me gusta más la traducción propia que he hecho yo misma que podéis ver en el título de esta entrada, pero vamos, que son solo matices, como os digo el lema de este año es perfecto.

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Empoderémonos o empoderemos a las familias

Más que empoderar en general, se trata de devolver a las familias su capacidad y poder sobre la crianza, en especial a las madres.

Nace un bebé y todo el mundo se cree con derecho a cogerlo, moverlo, pasearlo, opinar sobre la ropa, el pañal, los dientes, sin que nadie haya pedido su opinión.

Las madres se ven abrumadas por una situación que a menudo las desborda. Pasan de ser el centro de atención durante el embarazo, a desaparecer hasta el punto que su presencia hasta parece que molesta.

Nadie quiere abrazar a la madre, consolarla, animarla o preguntarle por sus necesidades. El bebé lo acapara todo y las visitas se convierten en invasiones de la intimidad socializadas y culturalmente aceptadas. La madre desaparece, se invisibiliza, se desempodera. El entorno desempodera a la madre.

  • El bebé no se coge, se pregunta a la madre o al padre, no es un juguete.
  • No se opina sobre el estado de salud del bebé, no somos médicos.
  • Tampoco se opina sobre las necesidades fisiológicas del bebé, tampoco somos adivinos.
  • Ni sobre el hambre, la sed o el frío.
  • No se opina y punto.

Está socialmente aceptado, es así, lo vemos todos los días en los grupos de apoyo. Forma parte de ese desempoderamiento de la mujer que conlleva un sistema patriarcal y capitalista, aunque esto da para un libro entero.

Es el primer paso para después quitarnos el derecho a criar nuestros hijos. Lo siguiente es un «ya me lo quedo yo mientras tú te vas a trabajar» que tienes que volver a los 4 meses de baja maternal ridícula. Eso si, si tu hijo tiene discapacidad, no te preocupes que el mismo sistema ya se encargará de echarte y de que te quedes en casa cuidándolo.

Y enmedio, la lactancia. Y las dudas, tendré leche suficiente, lo estaré haciendo bien,…

La lactanciay como se vive la misma en nuestra sociedad es como un gatillo que se dispara y va directo a la línea de flotación de la autoestima de la madre. Es el detonante de una maternidad incomprendida y solitaria.

La maternidad es de dominio público. Y la paternidad es su imagen distorsionada en un espejo.

Los padres (o figura equivalente) no salen tampoco bien parados en esta situación. Exactamente lo mismo que con la madre, reciben mensajes indicativos de lo que se supone que es un «buen padre». Lo típico: no lo cojas que se acostumbra, déjalo llorar que no le pasa nada, tú vete a trabajar que la madre ya se ocupa, no vayas al médico con los niños que no te enteras. Sutilmente se transmite ese mensaje que puede calar hasta lo más profundo.

Y además, son testigos del ataque constante que se realiza a la capacidad de maternar de su pareja. Las relaciones familiares dificultan a veces el poder poner sobre la mesa los conflictos que se generan alrededor del cuidado de un bebé.

Existen dinámicas familiares en las que las diferencias llevan años ocultándose debajo de la alfombra. Otras veces se trata de un miembro de la familia que toda la vida ha impuesto su criterio al de los demás y ahora no va a ser diferente.

Si las relaciones familiares no han sido de respeto mutuo, no lo van a ser ahora. Ojo, que no hace falta que haya maltrato. Se trata de algo más sutil que eso. Los hijos tendemos a querer satisfacer a nuestros padres porque los amamos. Tengamos seis meses o veinte años. Pero cuando nace nuestro propio hijo, la cosa cambia, no necesitamos su aprobación para la crianza. Y eso cuesta de aceptar a todos.

Así que por supuestísimo que las familias tienen poder. Pueden y deben criar a sus hijos, equivocarse, aprender y volver a equivocarse. Acompañados por la familia y el entorno.

Las mujeres pueden amamantar, los padres pueden contener y calmar a un bebé a pesar de no poder darles el pecho.

Tal vez ya sería hora que empezáramos a dejar de quitarles su poder cada vez que opinamos que a «este bebé le duelen los dientes» o que «se queda con hambre porque ya no tienes leche».

El empoderamiento es aquello que sucede cuando alguien te devuelve el poder que previamente te ha quitado.

Hagamos posible la lactancia o facilitemos la lactancia

La frase «hagamos posible» vuelve a traerme a la mente el nosotros hacemos que tú hagas esto. Me gusta más facilitemos la lactancia. Y mucho más aún pensar que unos padres bien informados y asesorados propician la lactancia. Soy lactivista, así que no deja de ser ese un objetivo a largo plazo para trabajar.

Las familias, propicien o no la lactancia, con la información adecuada y un acompañamiento respetuoso pueden y deben criar a sus hijos.

Tenemos que poner la confianza en las familias, sembrar esa semilla que permita tomar decisiones propias sobre la crianza, tengan o no como resultado una lactancia materna exitosa.

Al fin y al cabo, en el resultado final de una lactancia influyen tres factores:

  • Biológico y genético.
  • Instinto o intuición.
  • Recursos, propios y personales y del entorno.

Una vez describí la maternidad como una olla en una cocina en la que elaboramos la receta de nuestra lactancia. Puede que el fuego esté my fuerte o muy flojo, o que la olla tenga algunos agujeros y puede que nos falten ingredientes. La calidad del plato que sirvamos dependerá de como sepamos sacarle partido a los materiales de los que disponemos.

Así que más que entrar a la cocina a preparar por ti la receta, lo que hace falta es que a pesar de que la olla tal vez esté un poco gastada y a pesar de que la potencia del fuego no sea la más adecuada, entre todos dispongamos por lo menos de ingredientes adecuados.

Por que si un pediatra te dice que si te duele, es que tienes que hacer callo, te están dando un ingrediente para tu receta que va a hacer que difícilmente consigas un guiso mínimamente bueno.

Por si no os habéis dado cuenta: la olla es nuestra biología y nuestra genética, el fuego nuestro instinto e intuición y los ingredientes los recursos que te ofrece el entorno.

El arte de cocinar ya forma parte de lo que hayamos aprendido en casa de nuestra abuela o nuestra madre. Por eso es tan importante acudir embarazada a un grupo de apoyo a ver madres amamantando y empezar a introducirnos en el mundo de carne y hueso de la lactancia.

Infografia SMLM 2019

Casi nadie sabe de lactancia

Realmente, la lactancia puede ser muy fácil pero también tremendamente difícil. Todo depende de como se combinen los factores.

No podemos incidir en la genética y la biología de cada una, ni en el instinto o intución que cada una tenga, pero si podemos y si debemos ofrecer ingredientes de calidad: información veraz y contrastada y acompañamiento emocional y apoyo.

Así que para facilitar la lactancia necesitamos profesionales de la salud y la educacion formados en lactancia materna que dejen de propagar mitos y mentiras sobre la misma.

Y necesitamos llegar también a todas aquellas personas que no tienen hijos ni sobrinos ni niños pequeños a su alrededor, pero que se los van a encontrar en otros ámbitos.

Necesitamos un entorno amable con los bebés y los niños. Se nos olvida que esos bebés y esos niños son personas que se convertiran en los adultos del mañana. Puede que ahora «molesten», pero exactamente igual que lo hicimos todos, porque mal le pese a quienes rechazan convivir con bebés y niños, ellos también lo fueron.

Lactancia y discapacidad

Como no, un último apunte para todos aquellos niños y niñas que nacen con una discapacidad. La genética y la biología necesarias para que la lactancia sea más sencilla también proviene del bebé. Las circunstancias del nacimiento pueden convertir la lactancia en una carrera de obstáculos.

Todos esos bebés que nacen con alguna patología que pone en peligro su salud se merecen igual que todos un entorno que respete y valore la lactancia materna como un tesoro que potenciar.

En los prematuros la lactancia materna puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

Los bebés con síndrome de Down, fisura palatina, síndromes o enfermedades raras, hipotonías y mil situacines más se merecen un entorno que apoye y acompañe a esa madre hacia la lactancia.

No digo que sea fácil, no digo que siempre se consiga, pero en ese camino hacia la lactancia tanto madre como bebé como familia cercana se merecen un acompañamiento y un apoyo que facilite los inicios de una crianza que se prevé va a ser difícil.

Que los inicios sean complicados, no significa que no tengan derecho a un apoyo libre de mitos y mentiras. Tienen derecho a poder intentarlo. Y tienen derecho a que no se les juzgue ni se les critique por no conseguirlo.

Los niños y las niñas con autismo, también.

Referencias

  • Modesto i Alapont V, Ortega Páez E. En los prematuros extremos, la lactancia materna exclusiva disminuye el riesgo, la mortalidad y los costes de la enterocolitis necrotizante. Evid Pediatr. 2016; 13:7
  • La lactancia materna: Bebés con labio leporino o paladar hendido sin reparar. Intermountain Health Care (2013)
  • “La lactancia materna en los niños con Síndrome de Down”, Ana Tejerina Puente. Fundación Síndrome de Down de Cantabria, Santander, España
  • Declaración de Inocenti (2005).
  • Página oficial World breastfeeding week

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