Esta tarde se ha convocado una manifestación en Vallirana en apoyo del menor con asperger agredido y su familia.
Cuatro menores autodenominados «la mafia» agredieron primero físicamente y después sexualmente a un chico con asperger.
Los Mossos y la Fiscalia de menores investigan ahora el caso para aclarar los hechos.
El 80% de los niños con discapacidad sufre acoso escolar.
El ser raro, diferente, peculiar es un factor de riesgo para que te acosen.
Tal vez los adultos deberíamos dejar de decir que «estos niños retrasan el nivel de la clase».
Podriamos dejar de justificar las agresiones y los abusos porque no se enteran. O peor, porque son niños.
Deberiamos dejar de fomentar la discriminacion en las aulas señalando al diferente, al que sale del aula, al que no llega, al especialito.
Podríamos, por favor, empezar a tratarlos a todos y todas como lo que son: niños y niñas.
La escuela infantil y primaria no sirve para ser ingenierio. Sirve para prepararse para la vida, para ser personas con valores y principios como la amistad, la colaboración, el respeto. Para aprender a vivir y convivir en sociedad.
Respetemos los ritmos de la infancia, sean los que sean.
Dejemos de pensar que el éxito en la vida se consigue a golpe de título académico.
De lo contrario, esos niños cuando llegan a la adolescencia repiten patrones que han vivido en su infancia.
Si toleramos una sociedad que discrimina y señala al diferente, una sociedad que enfatiza lo que no pueden hacer por encima de lo que pueden hacer y lo que son, estamos fracasando
La discapacidad es una construcción social. Las necesidades de las personas con discapacidad son de segunda. Nadie se sorprende de que yo necesite gafas para todo. A nadie le parece extraño, no me supone ningún prolema para participar en ninguna actividad. Pero si necesitara una silla de ruedas para caminar, me voy a encontraría con muchos sitios es los que no podría entrar. Los espacios no están adaptados a las necesidades de las personas que utilizan una silla de ruedas para desplazarse.
Puedo poner otro ejemplo. Nadie piensa en el derecho a la accesibilidad cognitiva y a menudo los espacios públicos no contemplan ni siquiera el uso de técnicas de lectura fácil para rotular según que zonas.
Recuerdo un día en la piscina municipal en el que mi hijo no sabía por donde salir puesto que todas las puertas eran parecidas.
¿Tanto cuesta pensar en ellos? ¿De verdad?
Somos los adultos los que fomentamos la discriminación.
Todos nos llevamos las manos a la cabeza. Este asunto es muy grave, no sólo por los hechos en si, sino porque parece que nadie sea consiente de ese el 80% del que hablaba antes.
¿Empecemos a darnos cuentas de una maldita vez que no hay dos niños iguales, ni dos niñas iguales?
En una sociedad que los etiqueta, los clasifica, despersonaliza y discapacita un diagnóstico se convierte en estigma, transforma al niño o la niña en una diana de fácil acceso.
¿Dejamos ya de una maldita vez de considerarlos raros?
Podemos, por favor, dejar de verlos como angelitos asexuados y puros.
No son diferentes, no son especiales, no van con retraso.
¿Ya?
¿Qué más necesitamos para empezar a revisar actitudes y formas de organizar las cosas?
El silencio os hace cómplices, empezad a señalar a los que discriminan con sus actitudes y sus palabras.
Si un niño se queda fuera por un diagnóstico, está siendo discriminado. ¿Dejarías fuera a las niñas de una actividad de piscina por ser niñas, por ejemplo? Pensadlo la próxima vez que llevéis a vuestros hijos a alguna actividad. ¿Hay niños con discapacidad? ¿Si o no?
Por todos los niños, los que tienen discapacidad y los que no.
No miréis hacia otro lado.
En la diversidad cabemos todos.
Referencias
EL ACOSO Y EL CIBERACOSO ESCOLAR EN EL ALUMNADO CON DISCAPACIDAD
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