«El misterio de la bola que salió de una teta» bien podría ser el nombre de una película de terror.
¿Os lo imagináis? Me da pánico sólo de pensarlo.
No sé… Tal vez si nunca has visto una teta, si nunca has visto un bebé tomar teta, puedas llegar a pensar que de una teta puede llegar a salir una bola endurecida que cause atragantamiento en un bebé de dos meses.
Es lo que le debe de haber pasado a la persona que redactó esta noticia.
El rigor periodístico brilla por su ausencia.
La noticia no tiene desperdicio. Un bebé de ocho días presentaba una grave dificultad respiratoria al haberse atragantado con una bola de leche materna y mucosidad…
Una bola de leche materna y mucosidad…
Para que se atragante esa bola tenía que tener una consistencia considerable…
El cómo salió esa bola de leche solidificada a través del pezón no lo sabemos.
Tampoco a través de qué reacción química una bola de leche materna puede cambiar de estado líquido a sólido.
Ni siquiera qué tipo de mocos producía el bebé que combinados con la lactancia materna provocaron que la leche se solidificara.
El bebé tenía dificultades respiratorias por otros motivos. Probablemente en este caso es totalmente indiferente que se trate de lactancia materna o de lactancia artificial.
Y desde luego lo más importante es que a ese bebé no le pasó nada (que sepamos), fue solo un susto y se recupera con normalidad.
La culpa es de la teta.
Pero me duele, me molesta y me incomoda que se hagan este tipo de afirmaciones tan a la ligera.
Buscando el titular atrayente, buscando el sensacionalismo y sin rigor periodístico ninguno.
Acumulación de mucosidad no es lo mismo que una bola de leche y mocos.
Es agotador lo rápido que nos gusta achacar a la lecha materna la culpa de todos los males.
Cualquiera que lea ese titular va a empezar a pensar que un bebé puede asfixiarse con la leche materna.
Y no es así.
Lactancia materna y artificial, succión y deglución.
Los bebés nacen preparados para lactar, con carrillos prominentes y nariz achatada.
«El proceso fisiológico de la succión nutricia varía en la succión al seno materno y en la alimentación con fórmulas infantiles suministradas con biberón. En general, la alimentación al seno materno permite una succión más coordinada y, por tanto, más recomendable fisiológicamente» (Rendón y Serrano 2011)
Dicho esto, tampoco veo de que manera podría llegar a salir de un biberón una bola de leche artificial solidificada de tal tamaño que atragante a un bebé.
En conclusión, ni leche materna ni artificial. Acumulación de mucosidad.
Sin más. Ni bola de leche materna ni nada.
El misterio de la bola que salió de una teta seguirá siendo un misterio, porque nadie sabe cómo pasó.
Referencias
Rendón Macías, Mario Enrique, & Serrano Meneses, Guillermo Jacobo. (2011). Fisiología de la succión nutricia en recién nacidos y lactantes. Boletín médico del Hospital Infantil de México, 68(4), 319-327. Recuperado en 23 de enero de 2020, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-11462011000400011&lng=es&tlng=es.
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